La ciudad como espacios imaginados

by lenys lópez taborda
La ciudad, ha sido frecuentemente abordada desde la perspectiva sociológica, como un lugar en donde la industrialización ha representado el agente dinámico para su desarrollo y expansión, ubicando así, a la ciudad como un lugar de alta concentración de la interacción social(1), dicha interacción ha dado paso a un otro modelo de relaciones, asentado en la trama de comunicacional que se genera en lo urbano, que según la presunción de García Canclini, pasa a constituir el agente ahora dinámico en la ciudad contemporánea, que produce las grandes modificaciones en la geografía de la ciudad. Es decir, la ciudad constituye un espacio comunicacional dinámico, que esta intrínsecamente ligado a la noción de visibilidad y experiencia, este dinamismo a permitido entreverlo como un territorio fértil para la experimentación artística, insertándose así, el arte en un circuito público que le ha permitido expandir su audiencia.

Pero como podemos entender este territorio, existen un conjunto de aproximaciones en torno a establecer una posible definición de la ciudad; la histórico – territorial, la ciudad industrial y la ciudad informacional o comunicacional, es un poco complicado, ya que cada uno de estos enfoques dejan cosas fuera, entonces creo que sería fallido tomar una dirección puntual, hacia algunos de los enfoques establecidos, me inclinare a abordarla como un espacio de coexistencia, en donde se vive “...la tensión entre distintas tradiciones que todavía no se van; tradiciones barriales, de forma de organización y estilos de comunicación urbana..."(2), un espacio multitemporal donde se produce una interacción de actividades y culturas dispersas, en el que la velocidad y las estrategias adquieren un papel determinante en el engranaje de sistemas sobre los que funciona la ciudad.

Para establecer qué tipo de actores o sujetos, emergen en este panorama que se ha esbozado de la ciudad contemporánea, García Canclini se inclina a pensar en individuos híbridos, los cuales aprovechan varios reportorios, y por lo tanto ampliándose las posibilidades de dichos sujetos de participar en escenarios distintos, que no siempre son compatibles, a raíz de esta idea de individuos híbridos, pienso se podría trazar una línea de correspondencia con las prácticas artísticas y culturales, es decir, la urbe contemporánea exige de los individuos que la habitan nuevas competencias y estas a su vez, demandan nuevas prácticas evidentemente contagiadas de este carácter hibrido que poseen estos nuevos actores, practicas en las que se esbozan tres elementos principales estructuras urbanas, sujetos y experiencia, dentro de una ciudad videoclip, en la cual coexisten a un ritmo acelerado un montaje de culturas diferentes, lo que genera múltiples imaginarios urbanos, los cuales nutren fértilmente las posibilidades de experimentación artística en el espacio urbano.

A partir de la experiencia física de la ciudad, de la velocidad, del viaje puntualmente a través la urbe, construimos suposiciones de lo que vemos, imaginamos mientras viajamos, este imaginario surge de una interacción real, el cual tiene una cuota de evasión y fugacidad; así García Canclini plantea pensar la ciudad, como un lugar para habitar y para ser imaginado, cargándose de fantasías heterogéneas, “...la urbe programada para funcionar, diseñada en cuadricula, se desborda y se multiplica en ficciones individuales y colectivas..."(3).

Este enfoque me parece sumamente fértil al momento de abordar la ciudad desde la práctica artística, abre vías posibles sobre como interferir eficazmente en este territorio, pone sobre la mesa un punto que pienso es certero, el hecho de que la ciudad también se configura con imágenes, y estas, conllevan a relaciones imaginarias que se producen a partir de las estructuras urbanas físicas, de las que tomamos escenas o instantes, operaciones de fragmentación que elaboramos al andar, elaborando así, mitos, suposiciones, interpretaciones sobre las cuales se arman versiones de lo real.

En este sentido son las imágenes, el imaginario que genera el espacio, a través de las prácticas estéticas presentes en él, los que modulan la capacidad de explicar el espacio, no a la inversa, aquí el arte en el contexto urbano tiene la tarea de reconquistar el sentido de los lugares y construir de alguna forma conexiones que nutran las interpretaciones del imaginario urbano entre el lugar y los sujetos, ya que “...solo los lugares poetizados son habitables..."(4)


(1)Mela Antonio, “ciudad, comunicación y formas de racionalidad”, artículo publicado en la revista Dialogo N# 23 (www.dialogosfelafacs.net/dialogos_epca/.../23-02antoniomela.pdf)
(2)García Canclini Néstor, Imaginarios Urbanos, Euseba Editorial de Buenos Aires, 1999
(3)Ibíd. 
(4)Pardo José Luis, A cualquier cosa llaman arte.
Ensayo sobre la falta de lugares, de Habitantes de Babel, 
Políticas y poéticas de la diferencia, Laertes, S.A. de ediciones, Barcelona, 2000

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